Lo que la madre de familia olvida es que, al iniciar el ciclo escolar, todos los padres firman un reglamento o protocolo normativo, donde específicamente aparece que los alumnos deberán de tener el cabello acicalado y bien cortado. Por lo pronto, en el juzgado décimo octavo de distrito hay una solicitud de amparo para que el alumno asista a la escuela con el cabello largo.
Algunos alumnos alegan que con el cabello no aprenden, no obstante, también olvidan que es una norma formativa que les ayudará a tomar en serio su apariencia cuando se enfrenten al mundo laboral. Por lo pronto, esta madre de familia aboga por su criatura y tenga por seguro que se saldrá con la suya. La pregunta es, a qué precio, si desde ahora muestra que es rehén de los caprichos de su hijo.

