Sin embargo, de los 24 gobernadores de Morena, sólo asistieron dos, el de Chiapas, Eduardo Ramírez Aguilar y el de Oaxaca, Salomón Cruz. Los otros 22 mandaron a sus representantes. Para colmo, en lugar de acudir personajes de Morena de primer nivel, como pudiera ser la presidenta de Morena, Luisa María Alcalde, o los líderes de las cámaras, Ricardo Monreal o Adán Augusto López, los que sí asistieron fueron dos de los indeseables de Morena: Gerardo Fernández Noroña, el “Changoleón legislativo” y Dolores Padierna, esposa del “señor de las ligas”, René Bejarano.
La presidenta Claudia Sheinbaum seguro tuvo cosas más importantes que hacer, lo mismo que la secretaria de Gobernación Rosa Icela Rodríguez o el secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch. En resumen, el de Rocío Nahle fue un informe sin el cobijo Presidencia, sin el respaldo de los gobernadores de Morena y con la presencia de indeseables.

