Es evidente que Dante Delgado quedó muy mermado en su lucha contra el cáncer. Informan que al líder moral de Movimiento Ciudadano le quitaron el estómago por causa del cáncer y que le pusieron uno de cerdo, lo que alargaría un poco más su existencia. ¡Qué bueno! Sin embargo, es inocultable el deterioro de su persona. De hecho, quedó irreconocible. ¿A dónde fue a parar ese gesto adusto, severo, de pocos amigos que imponía y hasta daba miedo? En lugar de eso, y ante un rostro desvanecido, le colocaron en la cara una sonrisa que no va con él; un gesto que lo contradice, que no lo muestra alegre sino simple.
Para colmo, el gobernador de Nuevo Léon, Samuel García, ni la burla perdona. Se toma una foto con “la sombra del caudillo” y anota: «Qué gusto verlo sano, fuerte, emotivo en el informe de @PabloLemusN en Jalisco. Lo espero el domingo en Nuevo León en mi cuarto informe de Gobierno @DanteDelgado».
Dicen por ahí que Dante Delgado ya venció al cáncer. ¡Qué bueno! La batalla debió ser ardua, esperemos que su recuperación sea completa. Esperemos además que esta enfermedad le haya dejado una buena lección: «La salud es más importante que el poder». Si Dante Delgado no aprendió la lección, pronto se verá.
