Lucio, un joven padre originario de Tultitlán, Estado de México, expresó su profundo remordimiento por haber abandonado a su recién nacido en las calles de esta localidad hace dos años. La frase que resume su dolor es la siguiente: «A pesar de que no lo conocí, lo amo mucho», la frase se ha viralizado en redes sociales y medios locales, destacando la complejidad emocional de decisiones y los impulsos equivocados. Según reportes de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM), el incidente ocurrió en 2023, cuando Lucio, de 22 años y desempleado, dejó al bebé envuelto en una manta cerca de un centro comunitario, creyendo erróneamente que sería atendido de inmediato.
El menor, de apenas horas de vida, fue rescatado por transeúntes y transferido al DIF municipal, donde se le dio en adopción tras no localizar a la madre biológica. Lucio, quien huyó del lugar por temor a represalias, evadió la captura inicial, pero se entregó voluntariamente en septiembre de 2025 tras un llamado anónimo en redes sociales. En una entrevista exclusiva, Lucio confesó: «Pensé que era lo mejor para él, pero cada día me mata la culpa. No lo toqué, no lo vi bien, pero siento que es parte de mí».
Lucio enfrenta cargos por abandono de persona incapaz (artículo 313 del Código Penal Federal), pero su defensa argumenta atenuantes por intento de “salvamento indirecto”. El DIF ha facilitado una terapia de reconciliación simbólica, aunque el menor permanece con su familia adoptiva. Este episodio subraya la urgencia de políticas preventivas, como las impulsadas por la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (2014), para evitar tragedias similares
