Luego de la muerte de Bernardo Bravo Manríquez, el líder limonero de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán, en el estado de Michoacán, han ido revelando ciertos datos que las autoridades intentaron ocultar. Uno de estos datos es que días antes de su muerte denunció las constantes amenazas de parte del crimen organizado. También se supo que en el momento en que fue asesinado no contaba con el personal de seguridad que lo mantuvo a salvo por mucho tiempo. ¿Por qué le quitaron la seguridad a Bernardo Bravo Manríquez? Aún no se sabe.
Lo que si se sabe es que el 22 de octubre del presente año el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch alardeó en conferencia de prensa diciendo que ya tienen un segundo detenido. En el discurso dijo que el detenido está implicado en la muerte del líder limonero. Lo dijo como si el hecho de capturar a dos delincuentes de poca monta fuera la clave para resolver el problema de extorsión que atraviesa el sector agrícola en el Valle de Apatzingán.
Lo dijo como si no hubiera evidencia que detrás del crimen organizado hay intereses políticos. Si Omar García Harfuch piensa que la solución para erradicar las extorsiones a los agricultores de limones en el Valle de Apatzingán es detener a delincuentes de poca monta es por que tiene un problema mental que evita que su raciocinio se desarrolle de manera correcta o a lo mejor cree que los ciudadanos son una bola de pendejos.