Versiones periodísticas señalan que «desde el 1 de junio, el gobierno de Veracruz se quedó sin cobertura de seguros catastróficos por fenómenos meteorológicos, pues Rocío Nahle no renovó la póliza que se tenía con Seguros BX+». Para verificar la certeza de esta aseveración una reportera de N+ preguntó a la gobernadora: ¿Gobernadora buenas tardes sobre la renovación que nos puede decir? ¿Cuál fue la respuesta de la gobernadora de Veracruz? Rocío Nahle soltó una risa sardónica, punzante, acaso mordaz. Una risa que pretende descalificar de inmediato la pregunta, por muy legítima que el cuestionamiento haya sido.
Para no ocuparse en responder la gobernadora de Veracruz se hizo la ocupada y empezó a llamar a sus subalternos. La reportera insistió: ¿Sí se renovó el seguro catastrófico? Entonces la gobernadora, con actitud retadora respondió: «Quiero decirles algo, esto no es cuestión de dinero».
Nos queda claro que el desastre ocurrido en varios municipios del estado de Veracruz no es cuestión de dinero, es cuestión de negligencia criminal, es cuestión de insensibilidad. Sin embargo, nos queda una duda. Cuando le preguntan a la gobernadora sobre el seguro de desastres catastróficos que su gobierno no renovó, ¿de qué se ríe la señora gobernadora? ¿Qué le hace tanta gracia?
