Ese pinche Marcelo Ebrard vivió uno de sus momentos más abyectos con tal de quedar bien con la presidenta Claudia Sheinbaum. Hace un año, en octubre de 2024, anunció que Claudia Sheinbaum, quien tenía un mes como presidenta de México, había ganado el Premio Nobel Sustainability Trust. Un boletín de prensa de la propia Presidencia lo anunciaba de esta manera: «La presidenta Claudia Sheinbaum será galardonada junto con el ex secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, con la Medalla a la Contribución Sobresaliente en Sostenibilidad».
De modo que es imposible que la presidenta Sheinbaum se esté muriendo de envidia por el premio Nobel de Paz que le entregaron a María Corina Machado, a quien por cierto, no ha tenido tiempo de felicitar. Por supuesto, con el tiempo nos dimos cuenta que ese premio “Nobel” era como los honoris causa que le entregaron a Lord Molécula, premios “patito”.
Sobre este premio señalan en redes sociales: «¿Se acuerdan cuándo el gordo Ebrard le compró a la presidenta un premio Nobel de una organizado falsa que no tiene nada que ver con la Fundación Nobel, que aquí en X no llega ni a 50 seguidores @NobelTx y cuyo sitio oficial ya no existe?» Ese Ebrard se ha convertido en un funcionario “botarga”, arrastrado, muy arrastrado.
