¿Cómo se puede sostener el dicho: «Andrés Manuel López Obrador fue es y será siempre un ejemplo de honradez» cuando el propio gobierno reconoció que durante el sexenio de López Obrador hubo un saqueo de 600 mil millones de pesos por causa del huachicol fiscal? ¿Cómo sostener ese mismo dicho cuando se descubrió que Vector, la casa de bolsa de su jefe de gabinete, lavaba dólares a los narcos? ¿Cómo sostener esa mentira cuando el secretario de Gobernación de López Obrador pactó con el narco a través de su “hermano” Hernán Bermúdez Requena?
¿Cómo sostener esa falsedad cuando se ha descubierto que sus hijos se enriquecieron con el tráfico de influencias, el huachicol y los contratos a prestanombres en el Tren Maya y otras obras emblemáticas?
Pues a pesar de todas esas agravantes la presidenta se atrevió a decir en la celebración de su primer año de gobierno en el Zócalo de la CDMX: «Andrés Manuel López Obrador fue es y será siempre un ejemplo de honradez de austeridad y de profundo amor al pueblo. Nunca se rindió. Nunca se rindió a los poderosos. Nunca se apartó de sus principios». El mito de la honradez de López Obrador hace meses que se derrumbó. La única razón que entendemos de por qué la presidenta dijo esas palabras fue para dejar en claro que quien gobierna en México sigue siendo Andrés Manuel López Obrador.