El “huachicol fiscal”, una modalidad de contrabando de combustibles que evade impuestos al declarar hidrocarburos como productos con menor carga fiscal, ha generado pérdidas estimadas en 600 mil millones de pesos al erario público entre 2022 y 2025. A esto agregue que el combustible en cuestión es robado de los ductos de PEMEX. Muchos de los saqueadores están identificados, los más destacados, los sobrinos del exsecretario de Marina, Rafael Ojeda Durán. Otro saqueador es el íntimo amigo de Adán Augusto López, Hernán Bermúdez Requena. Entre esos saqueadores hay quien incluye a los hijos de López Obrador, Andy, José Ramón y Bobby.
Por supuesto, hay más saqueos en aduanas, en aeronáutica, en Salud, en obras públicas y muchos otros rublos. Pues al parecer la presidenta de México no está enterada de todos esos saqueos, o si está enterada se hace “ojo de hormiga”. Esto lo decimos porque en el festejo de su primer año en el gobierno se atrevió a decir: «Quien robe y traicione al pueblo, enfrentará la justicia».
Lo advierte la presidenta como si eso no hubiera ocurrido, como si eso fuera cosa de los sexenios anteriores, menos el de López Obrador. El saqueo señora presidenta ya ocurrió, sigue ocurriendo y ocurrirá todavía más con todo y su complacencia. Y todavía se atreve a prometer: «No les voy a fallar», cuando ya nos falló.
