En la colonia Nido de las Águilas, al sur de Tijuana, Baja California, autoridades locales localizaron los cuerpos sin vida de dos agentes de la Guardia Nacional, reportados como desaparecidos desde el 30 de agosto anterior, es decir, tras 15 días de búsqueda. Las víctimas fueron identificadas como José Luis Villaseca Rodríguez, de 40 años y originario del Estado de México, y Omar Eliseo Alonso Padilla, de 35 años, de Puebla. Los cadáveres presentaban signos evidentes de violencia y tortura, en estado avanzado de descomposición: uno fue hallado en las inmediaciones de un arroyo con un cable eléctrico enrollado en el cuello, y el otro dentro de un pozo o cisterna, envuelto en una cobija.
La Fiscalía General del Estado de Baja California confirmó la identidad preliminar por la vestimenta (incluyendo cinturones con el emblema de la GN y camisetas específicas), aunque se esperan resultados de pruebas de ADN para corroborarlo definitivamente.
De acuerdo con las investigaciones iniciales, los agentes fueron vistos por última vez en el bar “Los Dos Amigos”, en la colonia Nueva Tijuana, donde coincidieron con un grupo liderado por Felipe “N”, alias “El Pantera” o “El Perro Negro”, un presunto generador de violencia y líder de una célula del crimen organizado en Playas de Rosarito. Tras una discusión, el grupo invitó a los oficiales a continuar la convivencia en otro lugar, y estos abordaron un vehículo con ellos, tras lo cual desaparecieron. La FGE detuvo a “El Pantera” un día antes del hallazgo, lo que podría vincularlo directamente al caso
