Luis Ortiz R. / Se puede usted imaginar por un momento las carcajadas de Ricardo Monreal y Ricardo Haces mientras paladean cada uno un Whisky Macallan 25 Years Old, con valor de 60 mil pesos, sobre todo cuando escuchan decir a la secretaria de gobernación la siguiente frase: “La austeridad no es un eslogan, es un principio rector de nuestro movimiento que se opone al despilfarro y a los lujos del pasado”. O puede usted imaginarse al mimado y poderoso secretario de Morena, Andrés López Beltrán, tomándose sus vacaciones en Acapulco o en el puerto de Veracruz visitando el Acuario.
Otro más, acaso piensa que después de las largas faenas en el senado, su presidente iba a buscar vivir en una casa de interés social en Iztapalapa, para nada, el señor Gerardo Fernández Noroña, buscó algo de alto pedorraje en el estado de Morelos, una casa que le costó, según sus propias palabras, 12 millones de pesos.
Es un hecho, el enemigo más rabioso y poderoso que tiene Morena, el que le ha pegado más mordidas y lo ha dejado maltrecho es el mismo partido. Un Movimiento compuesto por una amalgama de oscuros personajes emanados de los diversos partidos, sobre todo del PRI. Estos, junto al fundador y sus familiares han manejado al partido como una franquicia que les ha permitido enriquecerse hasta desvergüenza,
Sus integrantes, llámese Adán Augusto López, Ricardo Monreal, Sergio Gutiérrez Luna, Rocío Nahle, Ricardo Haces, Andrés López Beltrán, o como como el maltrecho Gerardo Fernández Noroña, han aprovechado los puestos e influencias para amarrar contratos que les ha permitido hincharse de billetes. Por esa razón resulta burda y hasta insultante a la inteligencia de los mexicanos la fotografía de Rosa Isela Rodríguez, secretaria de gobernación, rodeada con los principales alfiles que han olvidado por completo la supuesta austeridad republicana que tanto pregonó el mentiroso del expresidente López Obrador.
A estos políticos les pasa como la fábula de la rana y el escorpión, donde los dos perecen ahogados ya que la naturaleza del escorpión es picar con su venenoso aguijón todo lo que tiene cerca. En otras palabras, la naturaleza de esta fauna política es robar, no pueden luchar contra la corrupción, lo traen en su ADN, para ellos es necesario mostrar la opulencia, clase, estilo o elegancia, mediante ropa fina y cara, alhajas, casas, autos y viajes en primera clase.
Sin embargo, y ahí está lo grave, durante el mandato del expresidente López Obrador, este se la pasó recorriendo el país diciendo que “no podía haber gobierno rico con pueblo pobre”, que para vivir bien no se necesita del lujo, señalaba que él con 200 pesos tenía para dar y prestar.
Hoy muchos reparan que solo eran frases huecas de dientes para afuera de un personaje siniestro que no pudo controlar ni a sus propios hijos, pues estos, salieron buenos para la robadera, desde luego, no son tontos, para eso están los amigos y prestanombres.
Pero hay algo que están olvidando, parte del pueblo se da cuenta de ello, y por esa razón lentamente pero seguro, le están retirando el apoyo electoral a Morena, en Veracruz hay clara constancia de ello, donde la gobernadora actual, Rocío Nahle, quien fuera la encargada de la inservible refinería de Dos Bocas, Tabasco, perdió en la elección pasada 100 alcaldías de las 212 que componen el estado.
Pero eso no es todo, el partido naranja de Dante Delgado Ranauro, ya se prepara para ser el próximo relevo de la oriunda de Zacatecas en Veracruz. Es un hecho, el pueblo pensante, ya le está pasando la factura a Morena, un partido donde la austeridad republicana se la están pasando por el arco del triunfo.