Ni Luis Ángel Bravo ni su chofer fueron torturados. Todo fue una argucia para meter a Jorge Winckler en la cárcel. El Bola 8 fue el artífice

Winckler
Ni Luis Ángel Bravo ni su chofer fueron torturados. Todo fue una argucia para meter a Jorge Winckler en la cárcel. El Bola 8 fue el artífice FOTO: WEB

El Bola 8, Éric Cisneros Burgos fue el que operó el desafuero de Jorge Winckler, fue el que puso a su colaboradora Verónica Hernández Giadáns en la Fiscalía de Veracruz para que operara toda una red intrincada de mentiras y pruebas falsas para llevar a Jorge Winckler a la cárcel. El chofer de Luis Ángel Bravo, un sujeto llamado Gilberto Aguirre Garza fue detenido por desaparición forzada. Este sujeto denunció que fue víctima de tortura para que declarara en contra de su exjefe, Luis Ángel Bravo Contreras. Esta supuesta tortura la aporvechó el juez para vincular a procesos a Jorge Winckler; una vez en prisión le inventaron más delitos.

Este domingo 31 de agosto el Poder Judicial de la Federación desestimó la denuncia de Luis Ángel Bravo, quien alegaba que él también fue torturado. Finalmente un juez determinó que las condiciones que describió Luis Ángel Bravo, como condiciones extremas y de tortura, «corresponden a situaciones inherentes a la prisión y no a actos de tortura conforme a la Ley General en Materia de Tortura».

Por supuesto, tanto Luis Ángel Bravo, su chofer y el mismo Arturo Bermúdez Zurita, quienes gozan de plena libertad a pesar de los delitos de lesa humanidad que cometieron, se prestaron para la venganza en contra de Jorge Winckler.

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