Sólo hay que ver la cara de Adán Augusto en las reuniones de Morena o incluso en el mismo Senado. Como un “pobre diablo” que ya no puede con su alma, quien fuera el poderoso secretario de Gobernación en el sexenio de López Obrador, apesta a narco. Por más que quiso ocultar su relación con Hernán Bermúdez Requena no pudo. Los vínculos con él son como las amarras de un barco. Él lo puso en Seguridad de Tabasco porque sabía que como líder de La Barredora le habría de dar buenos dividendos. Tanta es la peste que desprende su persona que en Presidencia ya piensan exiliarlo.
Señala el periodista Mario Maldonado: «Este lunes, en Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum se reunirá con dos de los personajes más polémicos y aún poderosos de Morena: Adán Augusto López y Ricardo Monreal. Oficialmente, la cita es para definir la agenda legislativa, con énfasis en la reforma electoral, aunque se espera que el encuentro sea también un ejercicio de catarsis en torno a los escándalos y futuros inciertos de ambos.
»Para Adán Augusto, exsecretario de Gobernación y excandidato presidencial frustrado, los días como coordinador de los senadores de Morena —y, por ende, como presidente de la Mesa Directiva— parecen estar contados. Se anticipa su salida después de septiembre u octubre. En los pasillos diplomáticos ya suenan dos posibles destinos: la Embajada de Francia o la de Portugal, movimientos que se leen más como una salida decorosa que como un premio». Entre más lejos mejor.
