La disputa interna en el Cártel de Sinaloa entre las facciones de “Los Chapitos” (hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán) y “Los Mayos” (leales a Ismael “El Mayo” Zambada) ha sumido al estado en una ola de violencia sin precedentes. Desde su inicio el 9 de septiembre de 2024, tras la captura de Zambada en Estados Unidos, el conflicto ha dejado un saldo aproximado de 2,000 homicidios dolosos, según datos de la Fiscalía General del Estado y el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Mayo de 2025 fue el mes más violento, con 252 asesinatos, seguido de octubre de 2024 con 272.
Además, se reportan cerca de 1,700 personas desaparecidas y más de 5,700 robos de vehículos, muchos con violencia. La escalada de violencia, que incluye ejecuciones, enfrentamientos y ataques a civiles, ha generado pérdidas económicas estimadas en 36,000 millones de pesos y 36,000 empleos formales, según la Coparmex Sinaloa.
A pesar del despliegue de miles de elementos del Ejército y la Guardia Nacional, la inseguridad persiste, afectando a la población civil con desapariciones, desplazamientos y un clima de miedo generalizado. Las autoridades locales y federales enfrentan críticas por la falta de estrategias efectivas para contener esta cruda realidad.