En el estado de Hidalgo, uno de los principales focos de robo de combustible en México, se ha reportado que grupos de huachicoleros recurren al uso de mujeres y niños como escudos humanos durante enfrentamientos con fuerzas de seguridad. Esta táctica, documentada en varios incidentes, busca disuadir a militares y policías de actuar con fuerza para evitar daños a civiles. Un caso reciente ocurrió en marzo de 2025 en Santa Ana Ahuehuepan, Tulancingo, donde pobladores, presuntamente apoyando a huachicoleros, retuvieron a agentes federales e incendiaron patrullas para impedir la detención de sospechosos.
Asimismo, en abril de 2022, en Singuilucan, alrededor de 30 personas, incluyendo mujeres y niños, agredieron a militares que intentaban asegurar una toma clandestina, llegando a incendiar un vehículo para evitar el operativo. Esta estrategia, que complica las acciones de las autoridades, ha sido señalada como una práctica recurrente en regiones como el Triángulo Rojo y en Hidalgo, donde el huachicoleo es prevalente.
Según la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Hidalgo lidera el país en tomas clandestinas, con más de 1,600 investigaciones por robo de hidrocarburos en 2021. Las autoridades enfrentan el dilema de proteger a la población mientras combaten a estos grupos, que aprovechan la participación de civiles para evadir la justicia