Cuando Adán Augusto López llegó a la secretaría de gobernación, dicen gente cercana a él, que llegó como gallo en el gallinero. Sabedor de que era la mano derecha del entonces número uno en el país, su palabra era ley. Sabía que llegaba a ese puesto, no por sus méritos propios, sino por su relación cercana que el expresidente tenía con su familia. En otras palabras, Adán Augusto López había escalado la cúpula del poder de la 4T, gracias a la cercanía con su amigo el presidente. Desde luego, para ocupar este puesto, tuvo que renunciar a la gubernatura de Tabasco. Sin embargo, ahí había cometido un grave error, a pesar de ser advertido, había nombrado como secretario de seguridad a Hernán Bermúdez Requena, conocido como “El comandante H” en el mundo del hampa.
Sin ser casualidad, con la llegada de su amigo de infancia, Tabasco se convirtió, con la complacencia de Adán Augusto López, en uno de los estados más peligroso para vivir. Lo mas grave de todo, es que, consultores independientes advirtieron a Adán Augusto sobre los vínculos de Bermúdez con el crimen organizado.
Esa es la causa por lo que ahora, Adán Augusto López es visto como un paria dentro de Morena. No es fortuito, que entre corrillos se diga que el misil salió de palacio nacional. Así es como se tratan los grupos de poder dentro de Morena.