Señora gobernadora, usar a un sicario para que vaya a las mañaneras a defenderla, eso la envilece. Todos sabemos quién es el sicario y sabemos quién le paga

Señala de manera acertada la periodista Lulú López: «Ricardo Ramírez Juárez, quien se presentó hoy a ver a la presidenta Claudia Sheinbaum, durante muchos años ha sido un sicario. Acusa sin pruebas y sin sustento. Yo no lo conozco personalmente y de mí subió una serie de señalamientos, algunos de risa y otros muy delicados que me orillan a reclamar si esto es lo que la izquierda mexicana deseaba». A ese sujeto en el medio periodístico lo tenemos bien medido; si lo mencionamos poco es porque, como al estiércol, mejor es ni acercarse para que no nos llegue su nauseabundo olor. Ningún periodista serio lo defendería, de hecho, extraña que el portal Al Calor Político, que se supone serio, haya hecho eco de sus infamias.

Este sujeto tiene una denuncia en la Fiscalía del estado pues en uno de sus pasquines anticipó el asesinato de la periodista Claudia Guerrero; dijo que le iban a cortar la cabeza. Con Verónica Hernández Giadáns en la fiscalía nos resulta obvio que el caso no haya avanzado. Tal vez la gobernadora Rocío Nahle no esté enterada de la clase de sabandija que es el sujeto en cuestión. Pero debería enterarse porque el sujeto, pagado por gente de la Secretaría de Finanzas, lo envía a la mañanera de la presidenta Claudia Sheinbaum para despotricar en contra de políticos de la 4T, en contra de periodistas críticos, en contra de periodistas con convenios.

Pero el señor, motu proprio, con tal de quedar bien con la gobernadora Nahle, se pone a defenderla. Esto es grave, pues a la opinión pública, así como a los periodistas que conocen a esa sabandija, les hace creer que la gobernadora está de acuerdo con las infamias y los panegíricos que va a soltar en la mañanera de la presidenta Sheinbaum. Señora Nahle, permitir que un personaje de esta calaña la defienda no sólo la desprestigia, sino que la envilece.