El 15 de junio del presente año, el presidente de los Estados Unidos Donald Trump ordenó al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) intensificar las deportaciones en ciudades gobernadas por demócratas. Las ciudades son Los Ángeles, Chicago y Nueva York. En una publicación en Truth Social, Trump instó a ICE a priorizar estas urbes, que calificó como “centros de poder demócrata”, para cumplir su meta de ejecutar el “programa de deportación masiva más grande de la historia”.
La decisión, que sigue a protestas en Los Ángeles contra las redadas de ICE, ha generado críticas de líderes demócratas y activistas, quienes denuncian tácticas de intimidación. Trump defendió el despliegue de la Guardia Nacional en Los Ángeles, afirmando que evitó mayores disturbios.
Hasta el momento las decisiones que ha tomado el actual presidente Donald Trump son catalogadas por su círculo cercano, en su mayoría republicanos, como decisiones necesarias y contundentes para el país. Sin embargo, las críticas y las consecuencias de esas decisiones van en incremento.