La cara de fastidio del presidente Donald Trump durante su desfile militar, el cual coincidió con su cumpleaños, es un verdadero poema. El tipo, enfermo de megalomanía, esperaba un desfile glorioso donde se coronará como el Nerón del siglo XXI. Pero las cosas le salieron mal, muy mal. El sábado 14 de junio de 2025, Washington D.C. fue escenario de un desfile militar organizado para conmemorar el 250.º aniversario del Ejército de EE.UU., coincidiendo con el 79.º cumpleaños del presidente Donald Trump. El evento, que incluyó 6 mil 600 soldados, 150 vehículos, 50 helicópteros y tanques “Abrams”, fue promocionado como una muestra de fuerza y orgullo nacional, pero terminó empañado por varios factores.
La lluvia obligó a adelantar el desfile, afectando su desarrollo, y la asistencia fue menor a la esperada, con reportes de multitudes dispersándose rápidamente. Además, la falta de coordinación en la marcha de las tropas y el mal estado de algunos equipos, como tanques que chirriaban por falta de mantenimiento, generaron críticas y burlas, con comentarios en redes sociales calificándolo como un “fracaso patético”.
Las protestas bajo el lema “No Kings” en más de 2,000 ciudades, denunciando el supuesto autoritarismo de Trump, opacaron aún más la jornada. A todo esto sume los crímenes políticos que ocurrieron ese mismo día en Minnesota, ensombrecieron por completo la alegría de Donald Trump. Es por ello que a pesar de las expectativas del presidente, el desfile no logró el impacto deseado. Su rostro, durante el desarrollo del desfile, es la mejor prueba de ese fracaso.
