«Cuando me tumban al piso, uno me pone la pata en la cabeza y me la muele contra el piso. Los otros me daban puñetazos en diferentes partes del cuerpo», relató. El hombre sufrió golpes en rostro, costillas y abdomen, además de que le quebraron sus lentes. Durante la agresión, comenzó a convulsionar, momento en que los guardias finalmente lo soltaron. Chávez expresó su indignación y dolor, tanto físico como emocional: «Me duelen todos los huesos, en la cabeza siento bolitas. Me siento con impotencia y con coraje».
Además, denunció la falta de atención médica inmediata tras el incidente: «Nadie me checó signos vitales, ni la glucosa, ni una enfermera se me acercó». El IMSS en Colima informó que el medicamento solicitado ya había sido entregado al paciente el 2 de junio, y que, al tratarse de un fármaco de transcripción, no podía surtirse nuevamente en el mismo mes. La institución condenó los actos de violencia y anunció la rescisión del contrato con la empresa de seguridad privada Hidalgo Vigueras Consultores, responsable de los guardias involucrados.

