Como lo hemos señalado en diversas ocasiones, el huachicoleo en México no se acabó, porque el gobierno se metió al negocio. Pero eso sí, el pregón de López Obrador siempre fue que el hiachicol se había terminado. La madrugada del sábado 24 de mayo, elementos de la Policía Municipal de Apaseo el Alto detuvieron a once integrantes de la Guardia Nacional (GN) por su presunta participación en el robo de hidrocarburos, conocido como “huachicoleo”, en la comunidad de El Espejo, ubicada en el macrolibramiento Celaya-Palmillas, en el municipio de Apaseo el Alto, Guanajuato.
El operativo se desencadenó tras una denuncia ciudadana anónima recibida a través del sistema de emergencias 911, alrededor de las 00:30 horas, que alertó sobre actividades sospechosas relacionadas con la extracción ilegal de combustible. Al llegar al lugar, los policías municipales encontraron tres unidades oficiales de la Guardia Nacional –dos camionetas Chevrolet Silverado (números 26958 y 29215) y un Dodge Charger– junto a una camioneta Nissan Rogue y un tractocamión con autotanque conectado a una toma clandestina de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Los agentes federales argumentaron inicialmente que estaban “proporcionando seguridad” al tractocamión; sin embargo, una inspección reveló que el vehículo estaba extrayendo combustible de manera ilícita. Algunos elementos de la GN intentaron huir al ser descubiertos, pero once de ellos fueron detenidos en flagrancia. En todo caso habría que preguntarse, ¿a las órdenes de quienes estaban estos elementos de la Guardia Nacional?