El preludio de las elecciones en Veracruz nunca ha sido terso ni tampoco ha sido miel sobre hojuelas, en elecciones pasadas también ha habido derramamiento de sangre, Sin embargo, las elecciones del próximo 1 de junio se han visto enmarcadas en una vorágine de asesinatos que han calado mucho en el ánimo de los electores. La elección de presidentes municipales en terruño veracruzano ha dejado de ser un mero trámite electoral para convertirse en una rebatinga de poder que afecta muchos intereses económicos.
En este contexto, camarillas familiares, grupos delincuenciales y sujetos aprovechados provocan un ambiente violento, de acuerdo con sus intereses. De modo que, en esos momentos existe incertidumbre, si no habrá participación ciudadana o si los electores vencerán el miedo y la indiferencia para elegir a sus gobernantes municipales.
La decisión de la gobernadora Rocío Nahle, de pedir el apoyo a la federación ha sido una buena decisión, sin embargo, aun con ello, en las semanas próximas será determinante que se genere un ambiente de armonía y tranquilidad para darle confianza al electorado de salir de sus casas para ir a votar. Esa será la tarea principal del gobierno de Veracruz.
