Las investigaciones sobre la tragedia del buque Cuauhtémoc en la que perdieron la vida dos jóvenes mexicanos y otros más resultaron heridos, se reduce a dos hipótesis, o fue culpa del piloto americano que gobernaba la nave para sacarla del puerto, o fue la nave la que falló, pues los motores fallaron. En México, como es costumbre de los políticos de este país, optan por echarle la culpa a los demás.
El periodista Mario Maldonado anota en su columna de El Universal: «Los reportes que el secretario de Marina, Raymundo Pedro Morales, ha presentado en la mesa de seguridad apuntan a que el principal responsable de que la nave mexicana impactara contra la estructura del puente de Brooklyn fue el piloto del puerto de Nueva York, quien tenía el control de la embarcación justo cuando ocurrió el incidente». La otra hipótesis es que al buque le hubiera fallado el motor, por eso los tres llamados de auxilio que se tienen registrados.
Los videos del hecho muestran cómo, de manera irremediable el buque navega de reversa, sin control, sin potencia para avanzar hacia adelante; imposible que un remolcador lo detuviera. Lo que se debe además investigar es que, si ya había una emergencia, se debió advertir a los jóvenes marinos que iban haciendo sus acrobacias en los mástiles de la nave.