Pero la señora se lo creyó y sugirió a su marido que sería bueno que el gobierno de España se disculpara con México por las atrocidades cometidas durante la Conquista. Las consecuencias de esa ocurrencia tienen al gobierno de México y España en relaciones pausadas. Y es que España tiró a loco a López Obrador y no dio respuesta a esos dislates. Pues resulta que doña Gutiérrez Müller, después del desmadrito diplomático que provocó, asistió a la embajada de España para tramitar su nacionalidad española.
A que la señora, como se ve que lo único que le interesa es estar lo más alejada posible de su todavía esposo López Obrador. La señito mejor debería ir a educar a su retoño, a ponerlo a dieta, que ya tiene 18 años, a sacarlo a pasear unos kilómetros al parque a ver si así baja unos kilos, a meterlo a terapia para no ande llamando “put0n@s” a las mujeres que invita a sus fiestas.

