Pide Luis R. Conríquez que lo dejen cantar «lo que la gente quiere escuchar». Lo que quiere es seguir ganando millones haciendo apología de la violencia

Conríquez
Pide Luis R. Conríquez que lo dejen cantar «lo que la gente quiere escuchar». Lo que quiere es seguir ganando millones haciendo apología de la violencia FOTO: WEB

Dice Luis R. Conríquez, cantante de narcocorridos: «Lo que la gente quiere escuchar, ojalá nos dejaran cantarlo». Por supuesto, eso lo dice un sujeto que monetiza, que gana millones de pesos idealizando la vida de los narcos, haciendo apología de la violencia. Un productor de películas pornográficas también podría alegar que se deberían anular las restricciones de edad para ver sus películas; otro productor podría alegar que se debería permitir a menores de edad actuar en películas de contenido sexual. El interés de ellos siempre será el dinero que generen con la explotación de sus letras, con la explotación infantil.

Los narcocorridos son canciones que narran la vida de narcotraficantes y glorifican la violencia, el crimen y el poder y pueden influir negativamente en los jóvenes al normalizar conductas delictivas y valores asociados al narcotráfico. En algunas zonas del país los jóvenes se han desensibilizados a la violencia. La exposición constante a letras explícitas sobre asesinatos y drogas reduce la percepción de la gravedad de estos actos.

Aterra ver cómo algunos padres celebran el cumpleaños de sus hijos con el tema del narco, del crimen. Los jóvenes, especialmente en contextos de marginalidad, pueden verse motivados a emular estas conductas para ganar estatus o reconocimiento. Muchos jóvenes, a quienes se les ha cerrado la puerta del estudio o del desarrollo laboral se ven atraídos hacia ese mundo que se les plantea como un mundo de batallas y de héroes.

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