Los colectivos de búsqueda de desaparecidos quedaron indignados al darse cuenta que el Rancho Izaguirre, llamado “Rancho del horror” en Teuchitlán, fue completamente limpiado de toda evidencia. El Colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco encontraron en el lugar evidencia suficiente como para determinar que ese lugar era un “campo de exterminio”.
Encontraron hornos, no como los de panadería que exigía la presidenta Sheinbaum, sino hornos improvisados en los que quemaron los cuerpos de muchos jóvenes. Al mismo tiempo encontraron escritos, cartas de jóvenes que habían pasado por el lugar además de sus prendas de vestir y cientos de pares de zapatos. Encontraron además huesos calcinados. Después llegaron los testimonios de los sobrevivientes.
Pues todo eso fue borrado del lugar y ahora la presidenta Sheinbaum, con una vileza que sólo le conocíamos a López Obrador, sale a pedir a los periodistas que acudieron al lugar “que narren lo que vieron”. Por supuesto, se refiere a esos pseudoperiodistas que le siguen la corriente, que buscan quedar bien con ella. Pero los medios serios, los medios independientes y profesionales no se están prestando a su juego. Claudia Sheinbaum, quien dice que los desaparecidos son su prioridad, se está burlando de las madres buscadoras, de los familiares y de los mismos desaparecidos.