Vania López pensó que tenía la candidatura de Morena a la alcaldía de Córdoba en la bolsa. No estaba enterada la señora de lo que advirtió don Fidel Velázquez: «Quien se mueva no sale en la foto». Y la síndica de Córdoba no sólo se movió, se retorció. La señora, en un intento fallido por silenciar a la prensa crítica, se fue a las instancias electorales para que le dieran su credencial de “víctima”. Con el apoyo de los alcahuetes del OPLE y del TEV logró una sentencia en contra de la periodista Claudia Guerrero, a quien acusó de violencia política en razón de género.
Desde este espacio reprochamos la actitud de las autoridades electorales, las cuales se ponen del lado de las funcionarias corruptas para que no se les pueda recriminar su conducta y sus actos viles como servidoras públicas. ¿De qué le sirvió a Vania López esa sentencia a favor? De nada.
De hecho, por andarse retorciendo, peleándose con la prensa crítica, la señora hizo tanto ruido que en Morena prefirieron hacerla a un lado para darle la candidatura al empresario Manuel Alonso Cerezo. Por cierto, ¿qué hace Zenyazen Escobar al lado del nominado en la foto en la que le entregan la constancia como Promotor de la 4T? ¿Acaso nos está diciendo que él será la mano que mece la cuna? Habría que preguntarle a Alonso Cerezo.