Lo que se ha ido descubriendo sobre el Rancho Izaguirre de Teuchitlán, Jalisco, ha revelado la complicidad y la omisión de los órganos gubernamentales de México que se han coludido con los cárteles de la droga. Desde el momento en que el colectivo “Guerreros Buscadores de Jalisco”, expuso la cantidad de atrocidades que se cometían en el rancho Izaguirre, el Cártel Jalisco Nueva Generación fue el principal sospechoso. Casualmente, la noche del 17 de marzo un video comenzó a dar vueltas en las redes sociales. En la grabación se ve a un grupo de sujetos fuertemente armados y a un hombre encapuchado dirigiendo unas palabras a la cámara. El vocero del CJNG declaró que ellos no son los responsables de lo que se les acusa.
Indicó de manera determinante que la fiscalía tuvo conocimiento del rancho en el 2024, sin embargo, en las investigaciones que se hicieron en esa fecha no encontraron nada de lo que encontraron el 8 de marzo del presente año. De manera descarada el vocero del CJNG culpa al colectivo “Guerreros Buscadores de Jalisco”, de inventar historias de terror; acusa al colectivo de haber invadido un rancho que estaba resguardado por las autoridades, las acusa de estar diciendo mentiras. El vocero del crimen organizado dice que gracias al CJNG, Jalisco está en paz, que no hay muertes en las zonas rurales, presume.
La grabación termina con un discurso en el que el sujeto intenta humanizar a los miembros del cártel diciendo que ellos también son humanos; esto nos recuerda la defensa de López Obrador a los miembros de los cárteles de la droga. El vocero del CJNG dijo que ellos son padres, hermanos, hijos. El discurso del vocero del CJNG es muy semejante al discurso de la presidenta Sheinbaum, muy semejante al discurso de Gerardo Fernández Noroña, muy semejante al discurso de todos los que defienden a la Cuarta Transformación. Por si nos quedaba duda de que México es un narcoestado, ahora el CJNG se pone del lado de su presidenta.