De hecho, cuando se enteró del “Rancho del horror” de Teuchitlán, Jalisco, ella dijo que se estaba armando un gran escándalo sólo por una foto y unos testimonios; por supuesto su intención era minimizar el “horror” hallado en ese lugar, algo que no consiguió. Pues a pesar de eso la presidenta de México se atrevió a decir: «Para el gobierno de México, atender el problema de las personas desaparecidas y no localizadas es una prioridad nacional, también lo es conocer la verdad de los hechos y hacer justicia a las víctimas y a sus familiares».
Los desaparecidos no son prioridad del gobierno de Claudia Sheinbaum, antes bien son una molestia, pues están poniendo en evidencia la política errónea de “abrazos, no balazos” de López Obrador.