Dentro del magisterio hay dos posturas, una la manifiestan unos maestros que tienen un sentido de la justicia muy definido y, por esa razón, se animan a defender sus derechos laborales. Este grupo no teme salir a las calles a protestar contra cualquier política gubernamental que atente contra lo más sagrado que tienen, sus derechos laborales. Regularmente los que componen este grupo son maestros que no les han regalado nada, son docentes que ha picado piedra, por eso no toleran ningún abuso por parte del estado. El otro grupo es compuesto, casi siempre, por aquellos maestros que heredaron la plaza de algún familiar o porque son familiares directos de algún líder sindical.
Regularmente tienen doble plaza y los mejores lugares de la geografía local, se sienten las vacas sagradas del magisterio. Este grupo solo responde a los llamados del SNTE oficialista. Si acaso llegan a protestar contra alguna arbitrariedad, solo o hacen en sus redes sociales desde la comodidad de su hogar. Son activistas de sofá.
Por eso, cuando el gobierno de Enrique Peña Nieto intento imponer una Reforma Educativa que lesionaba la permanencia docente, solo salieron a las calles, aquellos que tenían desarrollado un sentido de justicia bien claro y desde luego se atrevieron a desafiar sus propios miedos. Hoy, ante la amenaza de una Reforma del ISSSTE lesiva, tenga por seguro que solo saldrán aquellos que siempre lo hacen. Los timoratos y cobardes, volverán a protestar desde la comodidad de su hogar.