El que no deja títere con cabeza es el diputado Héctor Yunes Landa. Resulta que el experimentado legislador se ha convertido en verdadero látigo para los diputados de Morena. Resulta que después de que Dorheny García intentara denostar al apellido Yunes en el Congreso Local, éste le contestó de una manera muy precisa. «Agradezco el tiempo que mi compañera diputada Dorheny García dedica al estudio del apellido Yunes, en el que reconoce -quizá involuntariamente, dada la pobreza de su vocabulario-, nuestra estirpe, es decir, un apellido “noble e ilustre”. Veo que el síndrome de Estocolmo que le he provocado por mis intervenciones en la tribuna del Congreso, la llevó a convertirse en nuestra biógrafa».
Sin embargo, asunto no quedo ahí, el diputado señalo: «Debo decir que los Yunes hemos hecho carreras políticas por méritos propios en partidos diferentes; no hemos utilizado el apellido para escalar puestos sin la preparación y experiencia que se exige. No cerramos las calles para satisfacer nuestro ego y frívolo culto a la personalidad. Pero, sobre todo, siempre hemos sido orgullosos de nuestro apellido, no lo escondemos a conveniencia ni nos escudamos en nuestras abuelas para ocultar un nepotismo que todos conocen».
Después de semejante arrastrada, que le pego este viejo lobo de mar, tenga por seguro que la chamaca consentida de los García, le pensará dos veces para volver hablar de los Yunes.
