Los que más han resentido el incremento de inseguridad en el estado de Michoacán son los agricultores y dueños de negocios. Hace unas semanas reportaron que la delincuencia organizada los estaba extorsionando con las tomas de agua. Los agricultores tenían que pagar cierta cuota para que el crimen organizado les diera permiso de usar el agua. Indica que el problema está siendo atendido por el gobierno, sin embargo, los agricultores tienen otra versión. Los agricultores relatan que la policía ha detenido a ciertos delincuentes, pero los jefes continúan operando.
El 23 de febrero los citricultores encargados de abastecer limones en el Tianguis Limonero de Apatzingán, en Michoacán, anunciaron que cerrarán sus puertas en los siguientes días. Los citricultores indican que la delincuencia organizada los mantiene azorados con las extorsiones. A pesar de que hay denuncias implementadas ante el gobierno no hacen nada por brindarles ayuda que permita seguir laborando en su trabajo.
Bernardo Bravo Manríquez, presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán dijo por medio de un mensaje que la decisión se tomó para protegerse y salvaguardar la vida que es lo más importante: «Decidimos cerrar el negocio para proteger y salvaguardar nuestra integridad y sobre todo nuestro bien principal que es la vida». La versión que maneja el gobierno es que los citricultores no tienen porque temer, pues hay personal de seguridad encargado de brindarles ayuda.