Los Cazarín de Hueyapan de Ocampo son unos sinvergüenzas, unos criminales. Eso lo sabía el periodista Cándido Ríos quienj dejó testimonio en video donde acusaba al “Carón”, es decir, Juan Javier Gómez Cazarín, de haberlo amenazado de muerte; y lo asesinaron. Manuel Huerta es un acosador descubierto, denunciado. Lo sorprendimos metiendo mano a una joven en un hotel de Orizaba; mostramos las evidencias y nunca se nos desmintió, pero fue encubierto por Morena. Y es que el partido en el poder es una porqueriza en la que se baten los puercos de la 4T y hasta entre ellos se tiran mierda. Los Cazarín, Juan Javier, su hermano y su padre, se han enfrascado en una batalla en contra de Manuel Huerta, el senador de la república.
Uno insta a los trabajadores de Bienestar, los que en algún momento fueron sus trabajadores, a que denuncien los abusos de Cazarín. El mismo Huerta acusa que entre la familia quieren mantener el control de Hueyapan de Ocampo, burlándose de la iniciativa de ley en contra del nepotismo de la presidenta Sheinbaum. Juan Javier por su parte reprocha a Huerta el silencio que ha mantenido ante la incorporación de Yunes Márquez a Morena.
Valdría recordar que el mismo Manuel Huerta fue a defender a Yunes en el senado cuando un senador del PAN dijo que Yunes Márquez “las había dado”. Los Cazarín dicen que son bueno militantes, hijos de familia con valores. En un acto de contricción Luis Alberto Gómez Cazarín le dice a Huerta: «Le invito a reflexionar sobre la militancia verdadera, la que ha estado en las calles, la que ha caminado y luchado, no la que usted apoya, que proviene del PRI y del PAN. No basta con hablar de moralidad cuando, en los hechos, ha trabajado solo para su conveniencia». ¡Uy, qué buenos muchachos!