La presidenta de México, cuando tenía el agua hasta el cuello, pidió unidad a todos los mexicanos. Sus lacayos estuvieron haciendo promoción de esa unidad ante los embates de Donald Trump y sus aranceles del 25 por ciento. Pide unidad la presidenta y apenas le dan un respiro de un mes y es ella misma la que se envuelve en su discordia. La Suprema Corte de Justicia de la Nación es el poder que garantiza el cumplimiento de la Constitución y sin embargo, en el 108 aniversario de la promulgación de la Constitución, la presidenta de México se reserva el derecho de admisión para esa celebración. Díscola como su antecesor, prepotente como su antecesor, obtusa como su antecesor, Claudia Sheinbaum no invitó a los ministros de la Suprema Corte para este 5 de febrero, fecha en que se conmemora la promulgación de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos.
¿Cuál es la razón de su discolería? Cuando en la mañanera le preguntaron si invitaría a Norma Piña, presidenta de la SCJN, Claudia Sheinbaum contestó: «No, no está invitada. La Corte no está invitada. Va a estar el Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo».
Y para demostrar que ella también está hecha del mismo material de López Obrador, excusó: «Somos republicanos y somos respetuosos, pero también pedimos respeto. Es una relación mutua de respeto, de un lado y de otro. Entonces, hasta ahora, la Corte, pues, ¿qué es lo que he estado haciendo? La mayoría de los ministros de la Corte. Entonces, en esta ocasión, sí, tomé la decisión de no invitarlos». Ah, pero cuando le vuelva a llegar el agua al cuello, otra vez nos va a pedir que nos unamos a ella.
