Si el exsecretario de educación de Veracruz, Zenyazen Roberto Escobar piensa que los veracruzanos no sabemos distinguir las medias verdades, sencillamente este, está viviendo en el error. Si bien es cierto, que la Oficialía Mayor tiene las facultades para contratar servicios y comprar enseres para que funcione bien la Secretaría de Educación de Veracruz, esta también tiene la obligación legal de informar al titular de la dependencia para que dé el visto bueno.
Por esa razón, cuando sale él grandote de Rio Blanco, a decir que no estaba enterado de los enjuagues y negocios turbios de Ariadna Aguilar Amaya, sencillamente nos parece una excusa muy infantil. Lo que realmente merece una explicación, es saber quién o quienes estaban atrás de las empresas fantasmas que brotaron como hongos mientras él estaba al frente.
Lo que es un hecho, es que la nueva secretaria de educación debe de revisar detenidamente las cuentas que entrego la pasada administración dentro de SEV. A menos que también quera hacer su “cochinito” para el 20230, como al parecer lo hizo Escobar García.