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Pinche Trump, quiere ser tan malo que hasta se ve ridículo. Acude a servicio religioso, obispa pide por migrantes y comunidad LGBT. «No fue un buen sermón», dice

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Pinche Trump, quiere ser tan malo que hasta se ve ridículo. Acude a servicio religioso, obispa pide por migrantes y comunidad LGBT. «No fue un buen sermón», dice FOTO: WEB

Donald Trump quiere ser peor que un dolor de muelas, peor que el dolor de la vena ciática. En su teatral regreso el presidente de los Estados Unidos armó un escenario frente a miles de sus seguidores, y frente a ellos firmó las famosas órdenes ejecutivas con las que piensa borrar todo lo hecho por su antecesor Joe Biden. Como buen showman, Donald Trump firmaba un documento y lanzaba una frase agresiva, burlona, descriptiva, o cualquier otra tontería.

La mañana del 21 de enero el presidente Trump acudió con su esposa Melania a un servicio religioso donde la obispa, desde el púlpito, se dirigió al presidente: «Permítame hacer una última súplica, señor presidente: millones han puesto su confianza en usted, y como le dijo ayer a la nación, ha sentido la mano providencial de un Dios amoroso. En nombre de nuestro Señor, le pido que tenga misericordia de las personas en nuestro país que tienen miedo. Hay niños gays, lesbianas y transexuales en familias demócratas, republicanas e independientes, algunos que temen por sus vidas. Hay personas que cosechan nuestros productos y limpian nuestras oficinas, que trabajan en granjas avícolas y lavan los platos en sus restaurantes y hacen los turnos de noche en los hospitales. Puede que no sean ciudadanos ni tengan la documentación adecuada, pero la inmensa mayoría de los inmigrantes no son delincuentes. Pagan impuestos y son buenos vecinos».

¿Se conmovió el presidente Trump? Para nada, sólo volteó la mirada e hizo un gesto de desagrado. Molesto salió de la Catedral Nacional de Washington, después dijo que «no fue un buen sermón». Quiere ser tan malo Trump que hasta se ve ridículo.

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