Los mismos funcionarios de Claudia Sheinbaum saben que la palabra de la presidenta no vale ni medio centavo. Desde octubre de 2024 la presidenta de México declaró: «Vamos a enviar la reforma constitucional para que no haya reelección en ningún cargo de elección popular el próximo año y va a estar acompañada esta reforma para que no haya nepotismo». Sin embargo, las familias influyentes de la 4T, las de Luisa María Alcalde, las de Guadalupe Taddei, las de la ministra “burra” Lenia Batres y otras familias más han colocado a sus parientes, hijos, primos, hermanos o chichifos, en cargos de relevancia. En Veracruz, por ejemplo, el hermano de Gómez Cazarín ya se anotó como candidato para ocupar la alcaldía de Hueyapan de Ocampo, donde el padre es actualmente alcalde.
Durante la totalidad de sus 100 días de gobierno la presidenta Claudia Sheinbaum ha tenido que cogobernar con el crimen organizado. En Sinaloa no han logrado acabar con la guerra entre facciones del Cártel de Sinaloa. En Tabasco los cárteles se han empoderado con la violencia que generan. En Michoacán los alcaldes son empleados de los líderes del narcotráfico. En Guerrero el narco convive con el gobierno de Evelyn Salgado.
En el Estado de México los narcos ya pactaron con Delfina Gómez. En Tamaulipas Américo Villarreal vive aliado a los narcos que lo llevaron al poder. Y así, se podría hacer un recorrido por todo el país y comprobar que lo que dijo Trump sobre el gobierno de los narcos en México, no está muy lejos de la realidad.