Tal parece que los exquisitos miembros de la 4T, no saben o ignoran por completo que el culto a la personalidad, es una forma de dominación psicológica que consiste en la exaltación excesiva de un líder o figura autoritaria. Se caracteriza por la representación del líder como alguien superior a lo normal, a través de palabras e imágenes de elogio y adulación. El culto a la personalidad es común en regímenes totalitarios y grupos sectarios.
Por tal razón, no nos extraña que la presidenta de Morena este regalando relojes a todos sus conocidos y, a muchos militantes distinguidos. Hasta ahí, es aceptable, sin embargo, llama la atención que en la caratula donde van las manecillas aparece una fotografía de Luisa María Alcalde. Sí, leyó usted bien, la presidenta morenista se mandó a hacer relojes con su imagen para regalar. Todo un culto a la personalidad.
Desde luego que, no es poca cosa que muchos especialistas del comportamiento humano, consideren el culto a la personalidad, como un desorden mental. Ni hablar, con la señora Acalde, ya que sus militantes, no solo la verán hasta en la sopa, sino cada vez que quieran saber la hora.