Cuando un buen estadista quiere hacer un buen papel para su gobernados, este busca rodearse de los mejores especialistas en su ramo. Si el gobernante se rodea de personas con perfiles idóneos, tenga por seguro que darán buenos resultados. Sobre todo, si el gabinete cuenta con personas de alta calidad moral. En Veracruz, Rocío Nahle tuvo el buen tino de poner como su segundo al mando, aun hombre probo y de alta calidad moral, como lo es Ricardo Ahued Bardahuil. Para tratar el tema de Salud, donde el exgobernador y secuaces cometieron enorme desfalco y desaseo, puso al Dr. Valentín Herrera Alarcón, reconocido galeno que ha venido a darle otra cara a la Secretaría de Salud.
Sin embargo, donde han surgido enormes dudas, es en el rubro de educación, ahí la gobernadora Nahle, puso a Claudia Tello, una funcionaria que ha dado muestra de su enorme incapacidad y desconocimiento del tema educativo. Desde el nombramiento y ratificación en la importante subsecretaría de educación básica, de Maritza Ramírez Aguilar, y de los nombramientos de los de los delegados regionales, se pudo ver que el poder de Claudia Tello, estaría limitado y acotado.
Eso sin contar que sus nuevos protegidos ya están dando de qué hablar, por ejemplo, en Actividades Artísticas, puso al “chamaco”, Ángel Borjas, personaje carente de experiencia, donde su único mérito, ha sido repartir el periódico de Morena. Lo peor de todo es que el imberbe chamaco, se siente bordado a mano, y con ese nombramiento de medio cachete ya se siente orbitando por las nubes. De modo que, y eso téngalo por seguro, la Tía Tello seguirá dando de que hablar.