La acción institucional denominada «Sí al Desarme, Sí a la Paz» no es una utopía, sino una vacilada. De acuerdo con el Diario Oficial de la Federación, este proyecto «tiene como finalidad contribuir en la prevención y disminución de las lesiones, muertes accidentales, homicidios, feminicidios, así como cualquier otro delito o expresión de violencia en general, como producto de la manipulación o uso de armas de fuego; a fin de impactar positivamente en la prevención social del delito, la cultura y construcción de la paz». Por supuesto, el desarme es voluntario. Cualquier persona que tenga un arma en su casa puede acudir a la SEDENA para entregarla y con ello contribuir a la paz de México.
A cambio de su arma los “buenos mexicanos” recibirán una compensación económica. Los cárteles de la droga, principales generadores de violencia en el país, deben de estar ansiosos por formarse en la fila para entregar su armamento a la Secretaría de la Defensa Nacional.
Ya veo en esa fila a los miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación, a los Caballeros Templarios, a la Familia Michoacana, a Los Chapitos, a la Mayiza, al Cartel Tabasco Nueva Generación, a los Viagras, a los de Santa Rosa de Lima, a los del Cártel del Golfo entregando su armamento al gobierno. ¿Se los imagina usted? Por eso le digo, este proyecto no es una utopía, sino una tremenda vacilada.