Cuando alguien olvida sus raíces y reniega la cuna en que nació, regularmente no lo anda diciendo en público, sin embargo, como dice el Gran Maestro en las Sagradas Escrituras, “por sus frutos los reconocerán”. Los que tuvimos oportunidad de conocer al diputado federal, Zenyazen Roberto Escobar García, sabemos que entró al magisterio, gracias a que pudo heredar la plaza de su señora madre. Eran tiempos difíciles para el actual diputado federal. Se le podía ver conduciendo una Explorer verde modelo 90, con vidrios polarizados y una calcomanía de Texas que, por cierto, trajo de Tamaulipas con mucho esfuerzo.
A propósito, fue en esa camioneta donde transportó dos millones de pesos que le entregó en ese entonces, Eric Lagos (Chilly Willy), para repartir entre Maritza Ramírez Aguilar, actual subsecretaria de educación básica y Moisés Pérez Domínguez, hoy flamante funcionario de CAEV. Ese recurso, supuestamente era para pagar a los manifestantes de los juegos panamericanos. Atrás quedaban los tiempos donde había que mover las caderas para tener algo que comer. Hoy Zenyazen Roberto Escobar García es otro, ya no compra en pagos, zapatos en Andrea, hoy usa mocasines Ferragamo y Roberto Cavalli. Ya no se transporta en coches viejos, ahora llega en una camioneta Ford Expedition Platinum Max 2024 con un valor de 1.9 millones de pesos.
Así llegó hoy a Córdoba en la Colonia Centro. Para este humilde maestro la pobreza y austeridad sólo es para los jodidos. Por supuesto, la fortuna que ha acumulado en los últimos años no salió de sus sueldos acumulados como secretario de Educación. ¿De dónde sale tanto flujo de efectivo?