A la nueva CEAPP llegan agresores de periodistas, lacayos de Morena y uno que otro extraviado
Libertad Bajo Palabra
La Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas, CEAPP debería cambiar de nombre. Esta comisión, creada en los tiempos de Javier Duarte, a iniciativa de Gina Domínguez, la “Juana de Arco” veracruzana, se creó como una pantalla para ocultar los abusos y ataques de Duarte en contra de los periodistas. En esos años asesinaron a Regina Martínez, Milo Vela y Yolanda Ordaz, entre otros periodistas. Una de las épocas más oscuras para el periodismo veracruzano. Con el tiempo la CEAPP ha devenido en una agencia de colocaciones, es decir, el gobierno encontró una manera fácil de institucionalizar el “chayote”. Llegan a la CEAPP, de los tiempos de Rocío Nahle, periodistas que ya aportaron mucho al servilismo institucional y que ya no tienen nada que aportar; algunos de los consejeros tendrían que ver su nombramiento como una prejubilación.
Llegaron a la CEAPP esos que de manera abyecta se pusieron al servicio de la candidata, pero también llegaron pseudoperiodistas que atacaban de manera anónima y cobarde al periodismo crítico. Señala el acuerdo de creación de la CEAPP que dicha comisión tiene «la atribución de atender y proteger la integridad de los periodistas, así como de promover las condiciones para el libre ejercicio de la profesión del periodismo, con pleno respeto a la libertad de expresión y de información».
Pero, ¿cómo se protege a aquellos que antes atacaron? ¿Cómo garantizar la libertad de expresión cuando se llegó a la CEAPP gracias a su conducta abyecta, su servilismo vil? ¿Cómo pide respeto a aquellos que, desde las cloacas, faltaron el respeto a muchos periodistas?