Lo que parecía ser una solución inmediata se convirtió rápidamente en una pesadilla: los intereses inflaron su deuda a $40,000 en cuestión de semanas. Sin detenerse ahí, la aplicación accedió a sus contactos y fotografías personales, utilizándolos para acosarlo y amenazarlo.
“Te asustan con mensajes y llamadas constantes. También le llaman a tu familia y amigos hasta 20 veces al día”, relató Pancho, visiblemente afectado. El impacto no fue solo financiero. El joven, quien trabaja como almacenista, asegura que su salud emocional se deterioró ante la presión constante. Sin embargo, mantiene una actitud positiva. “Voy a salir de esta y comenzar de nuevo junto a mi mamá”, afirmó con esperanza.