Una foto que dejó contento a López Obrador. Rosa Icela Rodríguez reúne a Ricardo Monreal y a Adán Augusto. Se querían salir del huacal
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La verdad hubiera convenido que los líderes de las dos cámaras, la de diputados y la de senadores, se dieran con todo y se sacaran sus trapitos al sol. Adán Augusto hubiera sacado no sólo los contratos falsos de Monreal, sino el cúmulo de propiedades que posee y que puso a nombre de su hija cuando tenía 16 años. Por su parte Monreal podría haber sacado los negocios de Adán Augusto con varios gobernadores, apoyado por su hermana, quien ya falleció, pero que estuvo casada con Rutilio Escandón, gobernador de Chiapas. Monreal también le pudo sacar a Adán Augusto, su relación con la senadora Andrea Chávez, esa a la que le prestó un avión militar para que saliera a pasear con la familia.
Sin embrago, al gobierno de Claudia Sheinbaum eso no le convenía. Pero como la presidenta se tardó, AMLO movió los hilos para que su incondicional, Rosa Icela Rodríguez, acudiera a mediar entre los dos políticos, que en algún momento fueron presidenciables.
Así, para los mexicanos se dieran cuenta de que quien lleva la sartén por el mango es el que vive en Palenque, Rosa Icela junto a los dos “hijos del trueno” y los sentó uno a su diestra y otro a su siniestra para tomarse la foto y mostrar que en Morena nadie se sale del huacal a menos que López Obrador lo ordene.