La empatía es ese sentimiento que nos hace compartir las alegrías de otros, los logros de nuestros amigos, familiares y seres queridos. Pero el fanatismo no participa de la empatía. El fanatismo es una actitud extrema e irracional hacia una idea, creencia o persona, mientras que la empatía es la capacidad de entender y compartir las emociones de los demás. El fanático en el futbol se arroga las tragedias y victorias de un equipo sin entender que el “equipo” sólo lo utiliza para enriquecerse. Cientos de fanáticos se lanzaron a las calles a festejar el tricampeonato del club de futbol América. Señalan los especialistas que este último campeonato se ensombrece por haber sido ganado con la ayuda de los árbitros.
En Xalapa salieron los fanáticos a las calles para festejar el triunfo de un equipo de futbol; desbordados los fanáticos estuvieron a punto de voltear una patrulla de la policía municipal. El festejo fue desaforado tomando en cuenta que la liga de futbol en México es de lo más mediocre en el mundo. Vale mencionar que una persona ganadora no requiere de triunfos ajenos para alcanzar la satisfacción.
Pero el jodido, en esencia perdedor, de ahí su jodidez, requiere arrogarse triunfos ajenos para sentirse victorioso. Al final del festejo, como señala Serrat en su canción Fiesta, «con la resaca a cuestas vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su riqueza y el señor cura a sus misas. Se despertó el bien y el mal la zorra pobre al portal, la zorra rica al rosal y el avaro a las divisas».