La Fiscalía General del Estado informó que uno de los taxistas fue arrestado por presunta posesión de drogas, mientras que los otros dos permanecen detenidos en espera de cargos. La gobernadora Mara Lezama condenó el acto y solicitó la revocación de las concesiones y licencias de los involucrados.
Este suceso refleja una problemática persistente en la región, donde taxistas tradicionales han mostrado resistencia violenta hacia servicios de transporte por aplicación. A pesar de que en 2023 un tribunal permitió la operación de Uber en Cancún, los conflictos continúan. En septiembre de 2024, se registró una riña entre conductores de Uber y taxistas en la avenida Bonampak de Cancún, evidenciando la tensión latente entre ambos grupos.