Es uno de los duros de Donald Trump, un exagente de la CIA que ya fue embajador de Estados Unidos en El Salvador, que aplaudió los métodos para acabar con la delincuencia y con los “maras” en El Salvador. Se puso del lado de Bukele cuando dio un paso atrás en su relación con China. Johnson no hizo caso de las denuncias contra el presidente Bukele sobre la violación a los derechos humanos. Por supuesto, la agenda del nuevo embajador de Estados Unidos en México será limitar la influencia de China en México, detener el flujo migratorio hacia los Estados Unidos y alentar el combate de México en contra de los cárteles de la droga.
Por supuesto, Ronald Johnson no es Ken Salazar, ni Donald Trump es Joe Biden. Sin embargo, como se ha visto en los últimos días, los amagos de Donald Trump aflojan al gobierno de México que de inmediato pasó de la pasividad en el combate a los cárteles de la droga a decomisos de fentanilo y operaciones enjambre.
La presión de Trump y la influencia del próximo embajador de México tendrá al gobierno de Claudia Sheinbaum marchando por la derecha.