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Ricardo Ahued dijo hace unos meses que se iba a acabar con la corrupción en las grúas y se acabó. La gobernadora Rocío Nahle se puso del lado de la ciudadanía

Ahued

Ricardo Ahued Bardahuil y Rocío Nahle García FOTO: WEB

Armando Ortiz / Los concesionarios de las grúas en el estado de Veracruz eran unos pinches ladrones, ladrones con licencia para robar. Bastaba el pitazo de un agente de tránsito cómplice para que llegara una grúa, se llevara el auto de un ciudadano y con ello tenían la justificación para cobrarles lo que les viniera en gana, primero por el arrastre, después por los días que el vehículo permaneciera en el corralón. Eran unos pinches ladrones y se repartían el dinero entre ellos; le daban una mochada al tránsito y ellos se quedaban con el resto. Eran tan ladrones que hasta adquirieron grúas con capacidad de cargar hasta con dos vehículos, o hasta tres llegaban a arrastrar. Pero el negocio de las grúas en Xalapa no sólo fue el negocio del Bola 8 en el sexenio que pasó. Cada sexenio siempre hay un funcionario corrupto que se aprovecha de la situación para habilitar corralones, comprar grúas y salir a saquear a los ciudadanos. Como alcalde de Xalapa, Ricardo Ahued recibió muchas quejas por el abuso de las grúas, por las cantidades exorbitantes que algunos ciudadanos tenían que pagar para sacar su vehículo de uno de esos corralones. Ricardo Ahued prometió que esos abusos se iban a acabar, que se iba a terminar la corrupción entre los concesionarios y las autoridades de Tránsito. ¡Y se acabó! La gobernadora Rocío Nahle fue muy sensible en este tema, se puso del lado de los veracruzanos y se acabo con el negocio de las grúas. Ahora hay que estar pendientes de que no salga por ahí algún vividor que quiera revivir el negocito para su provecho.

Layda Sansores peleada con la austeridad republicana. A la toma de protesta de Rocío Nahle llegó en avión privado. Le tomaron foto en El Lencero; apenas sí podía subir

La esperpéntica Layda Sansores San Román, gobernadora de Campeche, dice ser la más ferviente seguidora de Andrés Manuel López Obrador. Le recitó poemas, le rindió culto, le ofreció tributo. Sin embargo, cuando se trata de seguir los preceptos de su “mesías tropical”, la señora hace de oídos sordos. Nos enteramos que la gobernadora de Campeche se asignó un sueldo de 150 mil 287.20 pesos para el año de 2025. Vale mencionar que la señora en 2024 ya ganaba 142 mil 928.98 pesos. En lugar de ser ejemplo de austeridad y bajarse el sueldo, mejor se lo subió. Pero no sólo eso. Layda Sansores hace uso de aviones particulares para ir a los eventos a los que la invitan. Hace unos días la flamante gobernadora dio muestra de la austeridad republicana de la 4T viajando en avión privado para asistir a la toma de protesta en Xalapa de la gobernadora Rocío Nahle. Así la captaron en el aeropuerto de El Lencero, tratando de subir al avión que después del evento la llevaría hasta Campeche. Dicen los que la vieron que la señora apenas sí podía subir. Vale mencionar que Layda Sansores, heredera política de Carlos Sansores San Román, es una de las mujeres más acaudaladas de Campeche, por lo que su aumento de 7 mil 358.22 pesos, no le hace falta. Pero es tanta su hambre de dinero que igual la señora hasta cobra la pensión de Bienestar.

Dice Martín Borrego, novio del rumano que se casó en el MUNAL que el evento fue público, pero que se pagó don dinero privado; es decir, como si fuera boda

Después de la publicación del periodista Claudio Ochoa, quien denunció el uso del Museo Nacional de Arte, MUNAL, como un salón de fiestas, la Secretaría de Relaciones Exteriores se vio obligada a emitir el siguiente comunicado: “La Secretaría de Relaciones Exteriores informa que, en relación a las versiones que circulan en la opinión pública sobre funcionarios- o exfuncionarios- de esta dependencia que supuestamente hicieron uso indebido de espacios públicos, el Órgano Interno de Control de la Cancillería ha iniciado las investigaciones correspondientes”. Toda la evidencia acusa a que se celebró una boda en el MUNAL, un recinto donde está prohibido esa clase de actos. Por su parte Martín Borrego Llorente, en un mensaje de “X” trata de explicar que no hubo tal boda, que todo fue un evento público para celebrar los 89 años de las relaciones diplomáticas entre México y Rumania: “El evento realizado el 4 de octubre no fue una boda privada, fue un evento diplomático bajo los protocolos institucionales del MUNAL. No fue organizado por ningún ente público mexicano. ⁠Para la realización de dicho evento no se destinaron recursos públicos. Por el contrario, fue cubierto con recursos privados”. Es decir, fue un evento público pero pagado con dinero privado. Ya lo señalamos a tiempo, lo que se realizó ahí no fue un aniversario de las relaciones entre México y Rumania, sino la formalización de las relaciones amorosas entre un mexicano y un rumano.

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