Dice Claudio Ochoa en su columna de El universal: «Hubo cocteles y vino, no era boda. Hubo bocadillos, no era boda. Hubo arreglos florales, no era boda. Hubo sesión de fotos de los novios, no era boda. Hubo felicitaciones por parte de los invitados, no era boda. Hubo misa, no era boda». Por supuesto, las autoridades del MUNAL niegan que haya habido una boda, los que se casaron niegan que haya sido una boda. La misma Alicia Bárcenas, entonces secretaria de Relaciones Exteriores niega que haya sido una boda.
El problema es que las fotos en el MUNAL, las felicitaciones a los contrayentes en las redes sociales, los comentarios de los 70 invitados, dan fe de que lo que se realizó ahí no fue un aniversario de las relaciones entre México y Rumania, sino la formalización de las relaciones amorosas entre un mexicano y un rumano. Basta de Simulaciones.