Ferrari marcó el inicio del cambio al apostar por Lewis Hamilton para reemplazar a Sainz, una decisión que fue criticada por muchos, no solo por el rendimiento sólido del español, sino también por el trato frío que recibió durante su última temporada. Sin embargo, lejos de victimizarse, Sainz optó por el pragmatismo y se unió a un proyecto que considera prometedor. “Prefiero trabajar con quienes realmente me valoran“, comentó, haciendo alusión al interés mostrado por James Vowles, jefe de Williams.
El fichaje de Sainz por Williams sorprende, pero no carece de lógica. La escudería británica, aunque aún lejos de los podios, ha mostrado signos de mejora, posicionándose como un equipo en ascenso. Para Sainz, este cambio representa más que un paso atrás; es una oportunidad de liderar y construir algo significativo desde cero, en lugar de lidiar con la presión mediática y política que caracteriza a equipos como Red Bull.

